La ruta comienza al norte del municipio en el Puente del Arrabal o Puente Viejo, que comunica el Arrabal llamado Andarrío con la Villa. Cruzando el puente y el Andarrío, se toma la carretera que conduce a Villavieja hasta cruzar la autovía del Norte, e inmediatamente se gira a la izquierda para, con un pequeño rodeo, tomar una cañada.

El camino transcurre en su fase inicial encajado entre muros de piedra que marcan el perímetro de fincas particulares hasta llegar a un abrevadero donde se bifurca, tomando en este punto la opción de la izquierda. Tras una suave bajada, se cruza un pequeño arroyo, hasta llegar al Arroyo de los Robles. Después cruzaremos el puente de Calicanto, construido para facilitar el paso hacia Valladolid, Segovia y Pedraza, que nos conduce tras una pendiente hacia la espadaña de la Ermita de la Trinidad.

Se vuelve sobre los pasos andados cruzando de nuevo el puente. Se tiene la opción de alargar la ruta tomando el camino que se abre a la izquierda, donde continuaremos por una vía pecuaria dejando la Espadaña de la Trinidad a un lado, y contemplando al fondo el imponente muro de la presa de Riosequillo. Rodeando una instalación ganadera particular se retoma la carretera de Villavieja, que desciende para cerrar la ruta.

La ruta toma su inicio en la calle Paseo Río Lozoya, junto al parque Juan Pablo II se toma el camino dejando este parque a la derecha. A pocos metros del inicio nos adentramos en un pequeño pinar donde el camino, a medida que avanzamos se va estrechando. La senda transcurre bordeando el río Lozoya antes de su llegada al embalse de Puentes Viejas, permitiendo al caminante, percibir múltiples facetas de la riqueza natural de Buitrago del Lozoya, observando su vegetación, fauna y flora en un entorno inigualable de la ribera del río Lozoya.

Recorreremos aproximadamente 560 metros entre los más hermosos paisajes, donde encontraremos dos miradores desde los que podremos encontrar una bella panorámica hacia el lado sureste del recinto amurallado además de paneles que nos explicaran todas las características de esta fantástica ruta. Al finalizar de este camino podremos adentrarnos en el pinar llamado “el Tomillar”, en el cual se dispone de una pequeña zona de merendero, lugar para reponer fuerzas y descansar. Desde aquí es posible enlazar y realizar la senda de las Gariñas.

Partiendo de la Plaza Picasso, tendremos que dirigirnos a la parada de autocares en la Avenida de Madrid. Al otro lado de la carretera encontramos el acceso al Colegio Peñalta, por el que podremos subir y llegar a un puente sobre el que cruzaremos la autovía. A la izquierda encontraremos un sendero que se dirige hacia la entrada del embalse de Riosequillo. Desde este punto ya encontraremos de forma sencilla el acceso al Área Recreativa de Riosequillo. Podremos detener la senda en este punto y disfrutar del área recreativa, pero si decidimos continuar bordeando el área por el camino lateral, encontraremos un paso canadiense que hay que cruzar para continuar por la Cañada Real Segoviana hasta llegar al municipio de El Cuadrón.

Partiendo de la Plaza Picasso, tendremos que dirigirnos a la parada de autocares en la Avenida de Madrid. Al otro lado de la carretera encontramos el acceso al Colegio Peñalta, por el que podremos subir y llegar a un puente sobre el que cruzaremos la autovía. A la izquierda encontraremos un sendero que se dirige hacia la entrada del embalse de Riosequillo. Desde este punto ya encontraremos de forma sencilla el acceso al Área Recreativa de Riosequillo. Podremos detener la senda en este punto y disfrutar del área recreativa.

Esta área se localiza a 2 km. del centro de la localidad. Situada en los aledaños del embalse de Riosequillo, cuenta con una de las piscinas más grandes de la Comunidad de Madrid, grandes superficies ajardinadas con árboles de gran interés didáctico, caminos peatonales, zonas de juego para niños y un área deportiva. Dispone también de bar-restaurante, vestuarios, aseos, parking y enfermería. Su apertura se realiza desde mediados de junio a finales de agosto.

Senda sencilla de interés paisajístico y natural con muy buena accesibilidad aunque la vía no está señalizada. Se parte desde el pueblo a través del Paseo del Río Lozoya, tomando el camino de Mangirón. Se pasa por la urbanización conocida como el Pinar y se encuentra sin dificultad una calleja que será el comienzo de la senda. Se sigue el camino que en cierto punto transcurrirá paralelo a la carretera de Mangirón. Se abandona este camino cuando se encuentra a la derecha una puerta metálica que comunica dicha carretera con el camino forestal. Entonces se toma el sendero que sale a la izquierda, bajando hacia el embalse de Puentes Viejas e introduciéndose en el bosque de Gariñas. Este sendero recorre el camino periférico cerca de la orilla del embalse. El recorrido se puede alargar según el deseo del senderista, siempre teniendo en cuenta que se debe regresar por el mismo camino por el que se ha llegado.

El cerro de Cinco Villas destaca por su altitud y su situación estratégica le sitúa como un extraordinario balcón panorámico sobre las distintas vertientes del Valle del Lozoya. La senda comienza en la calle San Lázaro para cruzar la carretera que conduce a Mangirón y continuar en dirección sur, hasta salir de la zona urbanizada “Los Robles”. En este punto, se continúa por una amplia cañada en paralelo a la A-I, que conduce a la dehesa de “Caramaría”. A la derecha se dejan cobertizos e instalaciones de manejo de ganado. En esta zona comienzan las primeras laderas del cerro y el ascenso progresivo hacia el Picazuelo. Si se sigue por la pista, se llegaría a las poblaciones de Cinco Villas, pero la ruta gira a la izquierda para adentrarse en el pinar que conduce al punto álgido del cerro, un punto geodésico en el que se ha instalado un repetidor de comunicaciones. El descenso comienza reencontrando las propias huellas.

La ruta parte en dirección al pantano de Riosequillo, junto al colegio Peñalta, para una vez cruzada la autovía, girar hacia el Sur. El camino entre encinas y robles, gana suavemente altura mientras nos dirigimos a El Cuadrón lo que nos deja bonitas imágenes del pantano. Pasada la población de El Cuadrón, ganamos el collado del Portachuelo, y nos asomamos a la Sierra de la Cabrera, el camino bordea la ladera de Peña Negra, y pasamos junto a un antiguo penal de la posguerra.

Entre la Sierra de la Cabrera y Peña Negra alcanzamos uno de los lugares con más solera de la ruta, el collado del Medio Celemín. En este punto a los pastores que conducían los rebaños se les cobraba un portazgo o impuesto por entrar en las tierras del señorío de Buitrago. Que consistía en medio celemín (medida de capacidad) de trigo.

A partir de aquí el camino llanea faldeando las laderas de Peña Negra y el Mondalindo hasta alcanzar la bonita localidad serrana de Bustarviejo.

Esta área se localiza en el casco urbano, en el Paseo Río Lozoya. Un espacio en el cual podemos contemplar el río en su paso por la localidad, disfrutar de una bonita estampa del recinto amurallado, practicar deportes, dar un paseo o simplemente sentarnos a descansar. También podremos refrescarnos en su quiosco durante los meses de verano. Cuenta con zonas verdes, zona de recreo infantil y pistas de frontón, pádel y baloncesto.

Desde Buitrago por la A-1 dirección Burgos hasta el desvío de Horcajo: Iglesia gótica (s. XV) de San Pedro in Cathedra. Desde allí hasta Horcajuelo: Iglesia de San Nicolás de Bari (gótica del s. XV), el Museo Etnológico (cuyo edificio recrea una vivienda tradicional de carácter rural) y la Fragua (edificio donde se representa a la perfección una antigua fragua). Pueblo que se ha restaurado respetando la arquitectura autóctona de piedra. Disfrutando de las vistas que en todo momento se presentan ante nuestra visión, llegaremos hasta Montejo de la Sierra. Para visitar el Hayedo de Montejo tendremos que reservar con antelación la visita en el teléfono: 918697058 ó 918697217. Desde este punto tendremos que volver a Montejo de la Sierra y coger la carretera que lleva a Puebla de la Sierra. Para ello deberemos atravesar Prádena del Rincón y el puerto de la Puebla, donde disfrutaremos de su fantástica vista. Una vez en Puebla, municipio típicamente ganadero como demuestra su plaza, urbanizada en forma de terrazas escalonadas, podremos visitar la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción (s. XVIII) y su espadaña, y la ermita que se levanta al sur de la población, a las afueras, ya saliendo por la carretera hacia Robledillo.

En Robledillo encontramos como lugares destacados de interés: Los Lavaderos, los restos de la ermita de nuestra señora del Villar (s. XV), en cuyas inmediaciones hay losas sepulcrales que son anteriores a la Edad Media y por ello destaca su interés arqueológico. La Presa de El Villar (1869-1882), con una impresionante vista de la garganta, únicamente cuando el nivel del embalse baja se puede contemplar el puente medieval de El Villar, por el cual pasaba la Cañada Real de la Hiruela. El Potro de herrar (instrumento típico serrano utilizado para herrar y curar al ganado vacuno y recientemente rehabilitado por su valor etnológico e histórico. El Pozo de agua (pozo tradicional de más de un siglo de antigüedad).

Desde Robledillo seguiremos la ruta hasta Cervera, donde podremos visitar el embalse del Atazar, el único en el que se realizan actividades náuticas. Por último llegaremos a Mangirón, donde encontraremos la Torre de Mirabel, el Caserío de Santillana, el Lavadero tradicional, viviendas tradicionales y la Iglesia de Santiago Apóstol. Desde Mangirón acabaremos la ruta nuevamente en Buitrago del Lozoya.

Por la A-1 hacia Madrid, nos desviamos en Lozoyuela para llegar hasta Sieteiglesias. Aquí visitaremos la necrópolis medieval: uno de los restos arqueológicos más antiguos encontrados en esta zona. (Info y reservas: 918698807). El siguiente municipio a visitar será El Berrueco. Son varios los monumentos y lugares de interés que destacan: la ermita de Sta. María en la aldea de Valcamino, que se despobló sin razones aparentes a finales del S.XVII. El puente romano: resalta por su peculiaridad y su buen estado de conservación. Está situado sobre el Arroyo Jóbalo a unos 300m de la carretera que une el Berrueco con Sieteiglesias. La iglesia de Santo Tomás Apóstol y la Picota, que representaba un signo de jurisdicción penal en tiempos pasados. Desde aquí seguiremos la carretera hasta El Atazar, por cuyo suelo fluyen las aguas de los arroyos de La Pasada, EL Renegal, El del Perro, El del Aguila, El de Peñarubia y El de los Arredondos, así como los ríos Riato y Lozoya, siendo este último frontera con el vecino pueblo de Patones. Su riqueza paisajística nos permite divisar: la Sierra del Rincón, los Montes Carpetanos, el Pico de la Miel y hasta Peñalara. Y desde luego no podemos olvidar el espectáculo que supone el embalse y la majestuosa presa de El Atazar, la segunda más grande de Europa con una altura de 134m y una longitud de 500m, siendo la presa más importante del sistema de abastecimiento de agua de la Comunidad de Madrid.

El siguiente punto de importancia en nuestra ruta es Patones de Arriba. El Ecomuseo de la pizarra al aire libre es una propuesta para descubrir la arquitectura negra de este municipio a través de los lugares más emblemáticos de la localidad que se convierten así en el hilo conductor para descifrar las formas de vida y el patrimonio cultural tradicional. Patones es además un lugar privilegiado para la práctica de la espeleología y la escalada. Un ejemplo de esto es la cueva del Reguerillo, con sus 8.190 m. distribuidos en tres niveles, es la más grande de la Comunidad de Madrid. Está situada en el Cerro de la Oliva, y se puede acceder a ella por la carretera que une Patones de Abajo con la presa del Atazar. Fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1944, y se encuentra dentro de una zona que cuenta con la calificación de Zona BIC con la categoría de Zona Arqueológica, no en vano en su interior se encuentran los únicos grabados rupestres del Paleolítico superior de la Comunidad de Madrid. Las visitas se realizan de forma controlada a través de personal profesional cualificado.

En Torrelaguna: la muralla, finalizada en el siglo XV, estuvo intacta hasta el siglo XVII con la Guerra de la Independencia. Los restos que destacan son algunos lienzos, la puerta del Cristo de Burgos y la Torre de la Montera. La iglesia de Santa María Magdalena: su construcción, desde los primeros años del siglo XV hasta el primer cuarto del siglo XVII, se realizó en cinco fases: la cabecera, las naves y el cierre de las bóvedas, la fachada principal y la torre, el coro y la portada sur y por último la Capilla de la Anunciación y la Capilla de San Felipe. Desde aquí continuaremos carretera hasta el cruce de Venturada, desde donde podremos acceder a la A1 para volver a Buitrago de nuevo; no sin antes detenernos en el municipio de La Cabrera. Aquí podremos visitar el Convento de San Antonio, situado en la falda del Cancho Gordo, a dos kilómetros del núcleo urbano de La Cabrera, y que forma parte de las numerosas rutas que se pueden realizar en este municipio y en el resto de la sierra. Mención especial merecen sus jardines, organizados en bancadas, paseos y recoletas, terrazas salpicadas de fuentes, estanques y pétreos regueros de agua. El acceso es a través de la calle de subida al convento, tomando una pista asfaltada, nada más pasar el cementerio del municipio. También La Necrópolis, popularmente denominada Tumba del Moro, se encuentra en la carretera que une La Cabrera con el municipio serrano de Valdemanco. Está excavada en su totalidad a principios de los años noventa. Está vinculada a un asentamiento rural del Siglo VII y la forman diez sepulturas, nueve de fosa simple y una de perfil antropomorfo.

Esta ruta comienza cogiendo la carretera de Villavieja. Una vez en este municipio visitaremos la Iglesia Parroquial de la Inmaculada. Se trata de una construcción actual sobre los restos medievales, conservando la cabecera románica y techo de cerchas de madera. Continuamos hasta San Mamés, desde donde parte un camino de tierra que conduce hasta el elemento natural más soberbio de la localidad, la Chorrera de San Mamés. Se trata de una cascada de 30 metros de altura que desciende por una zona rocosa de manera espectacular. Está situada a una altitud de 1.470 y pertenece al arroyo de Pinilla. Continuaremos la ruta por carretera hasta llegar al cruce de la M604 que nos llevará hasta Lozoya. Podemos estacionar al principio del pueblo para contemplar el Embalse de Pinilla. Ya en Lozoya encontramos los siguientes lugares de interés: el antiguo Convento, que se encuentra situado en la zona sur del casco urbano. El edificio original fue construido en el siglo XVI por los Suárez de la Concha, y a finales del XVIII el palacio se encontraba completamente arruinado y fue reedificado por el cuarto marqués de Lozoya.

La parroquia de El Salvador. Fue creada durante el siglo XVI, se compone de tres naves separadas por arcos de medio punto soportados por columnas. Posee, además, una capilla con bóveda gótica y un púlpito plateresco.

El punto final de nuestra ruta se encuentra en Rascafría, comenzando la visita desde el centro del pueblo, visitaremos la iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol, del siglo XV. Se encuentra ubicada en el extremo norte del casco y conserva algunas bóvedas góticas y artesonado del siglo XVI en su nave central.

Desde el pueblo cogeremos el paseo que nos lleva al Puente del Perdón, construido por los monjes para sustituir uno de madera y facilitar el acceso a la fábrica de papel. El puente está frente al Monasterio de El Paular, el cual se empezó a construir en 1390, siendo la primera cartuja del Reino de Castilla. Es una joya de innegable valor, con distintos estilos como el gótico y el barroco. (Hermano Martín 646 397 946)